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Narizzano, un vanguardista.


"Al tranco"
Témpera sobre cartulina - 0,41 x 0,36

 

Narizzano (derecha) trabajando en su prensa.

Gerónimo B. Narizzano (1905-1986) fue dibujante, grabador y pintor, que dedicó su vida a la enseñanza de las artes plásticas para niños y jóvenes.

Lo hizo en el Ateneo Rigovisor, establecimiento patrocinado por Cristalería Rigolleau, en cursos promovidos por SAFRAR Peugeot y en varios talleres barriales auspiciados por Municipalidad de Berazategui. En el primero formó a varios alumnos que fueron y son artistas reconocidos.
Brindó a los chicos la posibilidad de expresarse a través del dibujo, el modelado en arcilla, la pintura y el grabado. En esta disciplina fue docente innovador, ya que los alumnos construían sus gubias a partir de varillas de paraguas en desuso y los rodillos con trozos de manguera, a los que les enseñaba a colocar los mangos. Entonces, el grabado estaba vedado a los niños por el riesgo de lastimarse con los útiles. Con él, los chicos aprendieron seguros y conocieron un mundo fascinante.

 Narizzano inducía a sus alumnos a la realización de murales, trabajando en equipo a partir de trozos de papel cortado a mano por los mismos niños. También aquí fue un vanguardista. Los murales llamaron tanto la atención en un Congreso Latinoamericano de Educación, que fue patrocinado por organismos estatales, que fue invitado especialmente para que divulgara sus métodos de enseñanza. Así lo hizo en varias provincias, maravillando siempre.

 

En sus obras, cultivó los temas tradicionales a través de incontables paisanos, reseros, malones, caballos, jugadores de taba, carretas, galeras y una considerable cantidad de escenas criollas. Acuarelas y óleos realizados por él están en Estados Unidos, Europa y Japón.

Realizó el primer vitrocemento de Sudamérica (vitral hecho con planchas de vidrio más gruesas que las usadas y unidas por cemento, no por plomo como se estilaba hacia 1950).

Admirador de Guillermo E. Hudson, compraba pájaros enjaulados y se los hacía soltar a sus discípulos en el solar natal del gran escritor, como homenaje y como enseñanza.
Hombre generoso y con jerarquía propia, cultivó una humildad antológica y sembró ejemplos. Fue maestro, artista y persona inolvidable.